¿Qué es ser espiritual?
Según el diccionario, ser espiritual es:
1. adj. Perteneciente o relativo al espíritu.
Y el Espíritu se define como:
1. m. Ser inmaterial y dotado de razón.
2. m. Alma racional.
3. m. Principio generador, carácter íntimo, esencia o sustancia de algo.
4. m. Vigor natural y virtud que alienta y fortifica el cuerpo para obrar.
5. m. Ánimo, valor, aliento, brío, esfuerzo.
6. m. Vivacidad, ingenio.
9. m. Parte o porción más pura y sutil que se extrae de algunos cuerpos sólidos y fluidos por medio de operaciones químicas.
11. m. Rel. Don sobrenatural y gracia particular que Dios suele dar a algunas criaturas.
Los humanos y nuestra capacidad de hablar e imaginar es lo que materializa a ese Ser inmaterial que llamamos espíritu. Nosotros somos la razón que da sentido a ese ser. Por lo tanto, ser Espiritual sería volvernos coherentes con la consciencia inmaterial y estar al servicio de ella para materializarlo.
La persona espiritual vive dispuesta a transformarse en un canal de información que dé sentido y haga posible la manifestación de ese Espíritu. Estar en el centro de la escucha y la acción, sin poner interferencias sería una manera de describirlo también. Es volverse consciente en las células de que somos una partícula del todo y nuestra percepción es lo único que hace posible la realidad individual.
Siendo el Mentalismo la primera de las Leyes Universales, y asumiendo que en el Universo todo es Mente, es relevante comprender el funcionamiento de esa parte central del engranaje que es la que sostiene a todo lo demás: el pensamiento
Conocer y disciplinar la mente es una búsqueda y una práctica ancestral que los humanos hemos mantenido y transmitido desde el principio de los tiempos. Hay unas leyes, unas pautas y una práctica que activan esta tecnología.
Los libros Sagrados de todas las tradiciones* contienen información precisa de cómo activar esta consciencia integrada en el cuerpo humano.
Éstos son los ingredientes más comunes en las recetas que hemos recibido de nuestros ancestros para acceder a los campos sutiles de información universal a través del vehículo multidimensional del cuerpo para resolver el conflicto de la muerte. Desde mi perspectiva el ingrediente que no debe faltar es el juego, como el arte de tamizar la realidad a través de los ojos inocentes de nuestro niñx interior.
La muerte en la Tierra solo es un tránsito de un lado a otro del velo, un cambio en la frecuencia vibratoria de lo que somos como energía. El cuerpo físico se desintegra y el espíritu continúa en la danza. En medio hay unos cuantos niveles que ir atravesando, aunque desde mi óptica y mega resumiendo, siento que esta vida de cuerpo y materia en la 3D es un juego con unas reglas y unos mapas básicos (astrológico, genético). Y que con esos instrumentos, conociendo y aplicando las leyes que rigen al universo podemos armar el puzzle de quienes somos y encontrar el camino en el que nos transformamos en la paz.
Talvez te suena a chino, y puedo comprenderlo. Es algo abstracto que solo puede experimentarse. Además, por mucha teoría que le pongamos, lo que funciona es practicar, ser constante y compasivx en la disciplina personal.
Aprender a dejar morir los patrones que nos limitan, aprender a dejar morir los miedos, la lucha y la importancia personal es un gran desafío en el camino de la espiritualidad.
Existe la falsa creencia de que quienes elegimos el camino espiritual como forma de vida y como misión, nacemos sabiendo y solo haciendo cursos nos enteramos de cómo funciona la cosa. Puede ser que algunos sí guarden el recuerdo y lleguen a su sendero con facilidad. No ha sido mi caso. Mi carácter curioso y mi rebeldía me han llevado a aprender por el camino rudo en muchos sentidos.
Desde mi visión y por las enseñanzas que he recibido, puedo afirmar que hay que poner el cuerpo y atravesar portales de todo tipo para experimentar la libertad y magnificencia del espíritu. Y confieso que hay tramos del camino que pueden ser escarpados, vertiginosos, aterradores y siempre inciertos.
La clave es confiar en que no estamos solxs en esta tarea de recordar y volver a la Fuente. Hay un mundo en lo sutil que nos acompaña y nos guía, dándonos lo que vamos necesitando en cada momento del camino. El ADN lleva la información de nuestro séquito de almas, guías de luz, frecuencias angelicales, Yo Soy, y también las personas que aparecen en el sendero para ayudarnos a encajar las piezas tejen una trama de presencias sutiles y manifestadas que nos conforman y acompañan en distintas dimensiones y son parte de nuestra evolución en todos los tiempos.
La consciencia, el Ser Espiritual, nos bendice con la posibilidad de experimentar AHORA otros sonidos, otros colores, por lo tanto, otras realidades que están co-existiendo en el espacio/tiempo Universal.
Aprender a utilizar la tecnología humana requiere constancia, paciencia y confianza.
Primero limpiamos los pensamientos y las emociones, luego aprendemos a ahorrar energía desprendiendo de nuestro campo magnético todo lo que ya sabemos que nos baja la vibración, nos amarga, nos hace ver densidad. Reconocer las fugas energéticas y por donde se escapa nuestra energía es el terreno donde florece la paz interna.
A partir de allí entrenamos en el fortalecimiento del cuerpo energético y el esfuerzo por mantener la mente limpia, preparándonos para el perdón, recuperando los trozos de alma que hemos entregado en el camino, volviendo a unificarnos en el momento presente con todo lo que somos, fuimos y seremos, fortaleciendo nuestros lazos con la Gran Madre Creadora y el Gran Misterio.
Con disciplina, humildad, voluntad y paciencia podemos volvernos hacedorxs del milagro. Co-creadorxs de realidades de amor y luz.
Con amor, Luciana
*Biblia, Corán, Torá, Talmud, Upanishad, Vedas, Cánones del Budismo, Libro de Mormón, Tipitaka, Rig Veda, Mahabharata, Bhagavad Gita, Kojiki entre muchísimos otros